Al encontrarse con un pequeño osito de color marrón, le disparó.
Entonces, sintió un golpecito sobre su hombro y, al darse la vuelta, vio un gran oso negro que le dijo:
- Tienes dos opciones: o te doy zarpazos hasta la muerte o dejas que copule contigo.
Serafín decidió agacharse.
Aunque se sintió dolorido dos semanas, rápidamente se recuperó; juró venganza e inició otro viaje para encontrar al oso negro.
Cuando por fin lo encontró, le disparó.
Sintió entonces, de nuevo, otro golpecito en el hombro.
Esta vez era un enorme oso gris, más grande aún que el oso negro, que le habló:
- Lo que has hecho te va a doler, pero tienes dos opciones: o te doy zarpazos hasta la muerte o dejas que copule contigo.
Nuevamente, Serafín se agachó.
Pasaron muchos meses hasta que Serafín logró recuperarse del todo.
Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque con una sola meta: ¡Venganza!
Cuando logró encontrar al gran oso gris, apuntó, disparó y... de nuevo sintió un golpecito en el hombro.
Serafín se giró, vio al oso más grande que hubiese visto nunca que, mirándolo fijamente, le dijo:
- Admítelo, Serafín. Tú aquí no vienes a cazar, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu opinión, mentiras, proposiciones deshonestas, preguntas o cualquier otra divagación que se te ocurra...