
Se las apaña para llegar hasta la barra y pide una copa. Tras estar un buen rato sentado en el taburete le grita al camarero:
- Eh, tu, ¿Te gustaría oír un buen chiste de rubias?
Inmediatamente se hace un silencio total en el bar y con una grave, profunda y áspera voz, la mujer que esta sentada junto a él le dice:
- Antes de que cuente ese chiste, señor, y en atención a su minusvalía física que le impide ver, creo que lo justo es que le advierta de 5 cosillas: Que la camarera es rubia, que el portero del bar es una mujer rubia, que yo mido un metro ochenta, peso 80 kilos, soy cinturón negro de karate y tengo el pelo rubio, que la mujer que está conmigo es policía y es rubia y que la dama que está sentada al otro lado de usted es desguazadora, trabaja en un matadero y además también es rubia.
Y ahora que sabe eso, piénselo cuidadosamente: de verdad ¿Todavía quiere contar ese chiste?
El ciego piensa durante un par de segundos, menea negativamente la cabeza y contesta:
- Naaa... Pues no lo cuento... ¿Pa que?
¡Paso de tener que explicarlo cinco veces!
jajajaja, eso, con dos cojones y un palito...
ResponderEliminarSaludos.
Un día surgirá alguna gran cientifica rubia y entonces removerá los cimientos de los chistes de rubias. Eso sí, igual antes de 50 años no.
ResponderEliminar¡¡ VIVAN LAS RUBIAS !!
ResponderEliminar#YoTambiénSoyRubia
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