
La víctima tiene 25 años y solicitó que le tatuara un símbolo yin-yang con algunos dragones, pero el tatuador optó por dibujarle en la piel un pene acompañado con una frase obscena (que insinuaba que era gay) que, además, estaba escrita con faltas de ortografía. La razón, fácil: porque se había enfadado con el cliente.
Ahora el tatuador se enfrenta a un juicio y el joven tendrá que gastarse más de 2.000 euros si quiere quitarse el pene de 40 centímetros de longitud.
5 comentarios:
jajaja desde ahora ya lo sabemos todos, no hay que enfadar a los tatuadores!!!
potencialmente interesante, bienvenido!! y gracias por tu comentario
Se equivocó el cabrito; el tatuaje tenía que haber sido este
Perdon
este
Perdón, me he ekibocado
Toupeiro, ese tatuaje es histórico en la red, y desde luego hay que echarle un par para hacertelo...
me refiero tan pequeño, yo me lo hubiera hecho más grande...
saludos!
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