Una gran ola cubre parte de la playa y arrastra mar adentro a un niño que estaba jugando en la orilla con su cubito y pala.
Su padre corre desesperado, mira al cielo y se dirige directamente a Dios:
- Dios mío... soy yo, el Jordi, no puedes hacerme esto a mí, no puedes llevarte al nen... Yo siempre he sido un buen catalán, buen cristiano, cumplo lo que dice la religión al pie de la letra, no puedes hacerme esto a mí, voy a misa, a Montserrat, colaboro con la comunitad... Te lo ruego, devuélveme a mi hijo, tráelo de nuevo junto a mi...
En ese momento, un rayo rompe el cielo, un estruendo silencia a los veraneantes. Sin duda es la señal de Dios. Una nueva ola llega desde el mar y devuelve al niño a la orilla...
Jordi es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto.
Con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo, respira profundamente y le dice al Supremo:

- Señor...
...¿Y el cubito con la pala?















3 comentarios:
Esto es como la ruleta: o todo o nada.
yo lo veo normal y no soy de la costa brava, soy de la costa dorada...
Es un chiste, no pretende ser ofensivo contra los catalanes...
¿Qué opinas tú? Publicar un comentario