A verlas venir

Que era el más espabilado de su promoción se adivinaba a distancia, que no os despiste su apachorrada tez norteña, o quizá el apego enfermizo a lamer sindicalistas el primero de mayo <últimamente se pirra por acoger en su seno a indignados aguerridos> nuestro héroe ha sido capaz de alimentarse sin clavarse el tenedor en los ojos desde los inicios de la transición democrática, mimetizándose en teatrillos pijo-progres o lupanares y mercados banqueros, según momento y lugar; estratega, corredor -de fondo- profesor o capo de la mafia, según momento y lugar.

Sin rendición no hay deshonra le dijeron, juez y parte entendió él, y... esperó, esperó a verlas venir, agazapado cuan experto cazador, requiebros sin sonrojo a diestro y sobre todo... siniestro, pisando lealtades y cadáveres: toda una declaración de principios.

Nuevas elecciones, nuevos disfraces ¡Vuelve el maravilloso mundo del circo!, regalos, promesas y rancias proclamas para inútiles desmemoriados... ¡¡Y arriba el adalid de los oprimidos, contra los recortes sociales y ¿El estado del bienestar? !!

A mí no me representan, ni los unos ni los otros, los políticos sois el problema, NO la SOLUCION, pero oiga...

¿Se puede ser más caradura e hipócrita?