- ¿Qué edad tiene usted señora?
- Tengo 81 años, señor juez.
- ¿Podría decirme, con sus propias palabras que fue lo que sucedió?
- Yo estaba sentada en la mecedora en el porche de mi casa en una agradable noche de primavera, cuando un joven se acercó y se sentó junto a mí.
- ¿Usted lo conocía?
- No, pero el se mostró bastante amigable.
- ¿Que sucedió después de que él se sentó?
- Empezó a acariciar mis piernas.
- ¿Por qué no lo detuvo usted?
- Porque me sentía muy bien. Nadie me había hecho eso desde que mi esposo murió hace 30 años.
- ¿Que sucedió después?
- El comenzó a acariciarme los pechos...
- ¿Usted lo detuvo entonces?
- No, señor juez, yo no lo detuve.
- ¿Por qué no lo detuvo?
- Bueno, mire usted, sus caricias me hicieron sentir viva. No me había sentido así en muchos años.
- ¿Que sucedió después?
- Bueno yo me estaba sintiendo tan excitada que le dije: hazme tuya jovencito, tómame, hazme el amor…
- Entonces, ¿él la tomó?, ¿le hizo el amor?
- No.
- Él solo gritó: "¡Feliz Día de los Inocentes!"
- ¡¡¡Y fue allí cuando le disparé al muy hijo de puta!!!
2 comentarios:
Muy bien por la abuela :) hay cosas con las que no se juega jajajajajajajq
Luego pasa lo que pasa...
Gracias por pasarte por aquí.
Besos y abrazos
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